14/05/2008 - Nota de prensa
El cáncer de próstata es el más frecuente en hombres por delante del de pulmón y colon
Un estudio dirigido por el Instituto Catalán de Oncología, el Hospital de Bellvitge y el Instituto Municipal de Investigación Médica indica que la braquiterapia es el tratamiento que menos afecta la calidad de vida en cáncer de próstata
La investigación ha comparado los tres tratamientos más utilizados en cáncer de próstata localizado: extirpación de la próstata, radioterapia externa y braquiterapia con semillas de Iodo-125
El tratamiento con braquiterapia consiste en la colocación de una fuente radioactiva –en este caso de iodo-125– dentro o en la proximidad del tumor; la radiación que emite destruye las células malignas.
Los pacientes con cáncer de próstata tratados con esta técnica tienen una mejor calidad de vida que los tratados con radioterapia externa o sometidos a la extirpación de la próstata. Los mejores resultados de la braquiterapia se dan sobretodo en el ámbito de la sexualidad, el área más afectada por la cirugía. La radioterapia externa, a su vez, se presenta como el tratamiento que menos disfunciones urinarias provoca.
Así lo concluye un estudio elaborado por el Servicio de Oncología Radioterápica del Instituto Catalán de Oncología (ICO), el Servicio de Urología del Hospital de Bellvitge (HUB), la Unidad de Investigación en Servicios Sanitarios del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar) y ocho centros más del Estado. En el trabajo, que se ha publicado en International Journal of Radiation Oncology-Biology-Physics, se han encuestado más de 600 pacientes sometidos a tres tratamientos diferentes: extirpación de la próstata (prostatectomía radical), radioterapia externa y braquiterapia con semillas de Iodo-125.
El cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en hombres en España, por delante del cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal. En Catalunya se diagnostican unos 3.500 casos por año; lo que supone el 20% de todos los tumores que se dan en la población masculina.
Actualmente se curan más del 70% de los casos diagnosticados. De estos, más de la mitad se han tratado con cirugía y el resto con radioterapia (braquiterapia o radioterapia externa).
Los buenos resultados en el tratamiento de este tipo de tumor, pero, pueden ir acompañados de efectos secundarios que inciden, en mayor o menor medida, en la calidad de vida de los pacientes.
La extirpación de la próstata y la radioterapia (bien sea externa o braquiterapia) pueden comportar alteraciones en la función urinaria, intestinal y sexual. El estudio va más allá del análisis de estos efectos secundarios, y evalúa también el impacto de los tres tratamientos en otros aspectos, como el estado de salud físico y mental, el dolor y la afectación de la vida social.
Calidad de vida
El estudio ha comparado la evolución de 275 pacientes tratados con braquiterapia, 205 con radioterapia externa y 134 sometidos a una extirpación de la próstata.
Los resultados, obtenidos hasta dos años después del inicio del tratamiento, indican que la braquiterapia con semillas de iodo-125 es el tratamiento que comporta menos problemas de impotencia y de otras disfunciones sexuales y es el que menos afecta la calidad de vida de los pacientes en general. La radioterapia externa, a su vez, es el tratamiento que menos incontinencia y otras disfunciones urinarias provoca. Finalmente, y de acuerdo con las respuestas de los pacientes, la afectación de la calidad de vida general por la extirpación de la próstata se produce sólo en el postoperatorio, pero los efectos sobre la función sexual persisten hasta los dos años del tratamiento.
En este estudio han participado once centros de toda España, entre ellos el ICO y el Hospital de Bellvitge, que han aportado más de la mitad de los 600 pacientes incluidos en la muestra. Un equipo del IMIM ha sido el encargado de realizar la entrevista telefónica a los pacientes de cáncer de próstata para poder evaluar el impacto de los tratamientos en su calidad de vida. Esta encuesta se ha hecho antes del tratamiento y a los 3, 12 y 24 meses. Se prevé hacer un seguimiento de todos los pacientes hasta 5 años después del tratamiento, lo que permitirá determinar si los resultados se mantienen a largo plazo.
También han aportado pacientes el Instituto Oncológico de Guipúzcoa, el Capio Hospital General de Catalunya, el Centro Oncológico de Galicia, el Hospital Ramon y Cajal de Madrid, el Hospital Regional Carlos Haya de Málaga, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, la Fundació Puigvert de Barcelona y el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona.
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