15/06/2020 - Información general
Es el primer estudio que valora los cambios en la relación entre las personas y los animales ante una modificación drástica del entorno
Un estudio realizado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Cátedra Fundación Affinity de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha concluido que los animales de compañía han sido una fuente importante de apoyo emocional para las personas durante el confinamiento. Este beneficio fue mayor cuanto peor lo ha pasado la persona.
El estudio también ha detectado que el confinamiento puede tener consecuencias negativas para los animales. En concreto, los perros han mostrado más signos de nerviosismo y frustración, y podrían tener problemas para adaptarse a la rutina habitual una vez finalizado el confinamiento. Los gatos pueden haber estado expuestos a un exceso de manipulación por parte de las personas con las que conviven, lo que puede provocar estrés y problemas de adaptación. En definitiva, las personas aún no entendemos bien el lenguaje de nuestros animales y no acabamos de traducir bien sus necesidades reales.
Hasta ahora sabíamos que los animales apoyaban las personas en momentos difíciles, pero nunca se había podido medir este beneficio en un contexto en que toda la población ha estado expuesta a un mismo problema, de la dimensión que ha tenido la epidemia de COVID19. El objetivo pues era ver los efectos del confinamiento en el comportamiento de gatos y perros de compañía y el apoyo que proporcionaban a sus propietarios. Para hacer esto los investigadores han encuestado cerca de 1300 familias de todo el Estado mediante una variación de una escala validada previamente por otro estudio sobre el vínculo entre las personas y los animales.
Según Jaume Fatjó, investigador del Grupo de investigación en angustia, trastornos afectivos y esquizofrenia del IMIM, "lo que hemos descubierto pone en valor la convivencia con animales de compañía y la importancia que estos tienen como parte de la red social de las personas". Además, comenta Fatjó "hemos comprobado que la relación con el animal de compañía es dinámica, en función de las circunstancias que rodean a la persona. Durante el confinamiento la dimensión emocional de la relación con el animal ha aumentado, mientras que los costes relacionados con la convivencia se han reducido". La gente, en contra incluso de las recomendaciones sanitarias que se han dado durante el confinamiento sobre cómo relacionarnos con los animales, ha acariciado, ha abrazado e incluso ha besado más a sus animales de compañía.
Este es el primer estudio que valora los cambios en la relación entre las personas y los animales ante una modificación drástica del entorno. Los resultados sugieren que la convivencia con animales no es un lujo y que se necesitan más intervenciones para promover una convivencia con los animales que tenga en cuenta su naturaleza y necesidades.
Ahora el próximo paso es poder comparar datos entre países, con diferentes grados de exposición y gestión de la pandemia, así como también con diferencias en la forma de relacionarse con sus animales. "De momento hemos replicado el estudio en Italia, donde ya tenemos datos de 1500 familias, en el Reino Unido, con más de 5000 respuestas, y estamos a punto de lanzarlo en Francia y en los Estados Unidos" concluyen los investigadores.
Artículo de referencia
The effects of the Spanish COVID-19 lockdown on people, their pets and the human-animal bond. Jonathan Bowen, Elena García, Patricia Darder, Juan Argüelles, Jaume Fatjó. https://doi.org/10.1016/j.jveb.2020.05.013
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