17/01/2019 - Nota de prensa
Estudio publicado en British Journal of Cancer
Las mujeres que experimentan una citación para realizar evaluaciones adicionales a causa de anomalías mamográficas en las que, finalmente, se descarta malignidad, el llamado resultado falso positivo de las pruebas de cribado mamográfico, tienen el doble de riesgo de desarrollar un cáncer de mama en los 10 años posteriores a la prueba. Y en el caso de un segundo falso positivo, tienen cuatro veces másposibilidades. Lo revela un estudio liderado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y del Hospital del Mar, que han trabajado con profesionales de Dinamarca y Noruega. El trabajo, que analiza la influencia de los falsos positivos en el riesgo de desarrollar cáncer, lo acaba de publicar la revista British Journal of Cancer.
Los investigadores han podido analizar datos de más de un millón de mujeres que se han sometido a las pruebas rutinarias de los planes de cribado de cáncer de mama. En total, 3,5 millones de pruebas. En ellas se detectaron más de 10.000 tumores. A la vez, se produjeron más de 110.000 falsos positivos, y la cifra de pacientes con un segundo falso positivo fue de poco más de 8.000.
En todo caso, estos resultados "no quieren decir que, al detectar un falso positivo, la lesión se transforme en un tumor, si no que la paciente es susceptible biológicamente a desarrollar lesiones en las mamas, un riesgo que se mantiene durante, como mínimo, 10 años", explica la Dra. Marta Román, del Grupo de Investigación en Epidemiología y Evaluación del IMIM y primera firmante del trabajo. "Se trata de mujeres que son propensas a tener anormalidades en la mama" apunta, a pesar de que normalmente no acabarán teniendo un tumor, ya que el riesgo en términos absolutos continúa siendo bajo. Estas lesiones, según los investigadores, pueden ser marcadores del riesgo de desarrollar cáncer de mama a lo largo de la vida de la paciente, más que una lesión precursora.
Personalizar el seguimiento
La Dra. Román destaca que, con estos datos, "es importante hacer hincapié en la importancia de que las mujeres con resultados falsos positivos vengan de manera rutinaria a realizarse una mamografía de cribado cada dos años. Además, hay que plantear la personalización del seguimiento de las mujeres participantes en el cribado mamográfico. A las mujeres de más riesgo se les podría ofrecer hacer una mamografía cada año en lugar de una mamografía cada dos años. En cambio, a las participantes sin ninguna lesión evidente durante diversos controles, el tiempo entre éstos se podría ampliar". Esta reflexión gana importancia si se tiene en cuenta que una parte de los tumores que se detectan después de un falso positivo lo hacen en el periodo entre pruebas. Estas lesiones (cáncer de mama de intervalo), pueden ser más agresivas que las que se detectan con las pruebas rutinarias.
Las pruebas de cribado de cáncer de mama se realizan en toda Europa, excepto algunas excepciones, cada dos años a las mujeres entre 50 y 69 años, con el objetivo de detectar casos de cáncer de mama asintomáticos. De éstas, a un 4% se les vuelve a convocar para realizar pruebas adicionales en las que finalmente se descarta la presencia de malignidad y a 8 de cada 1.000 se les tiene que someter a una biopsia para descartar el cáncer. Además, aproximadamente a 5 de cada 1.000 se les detecta un tumor.
Imagen: La Dra. Marta Roman acompañada del Dr.Xavier Castells, jefe de servicio de Epidemiologia y Salud Pública del Hospital del Mar. Fuente: Hospital del Mar.
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